Como creyentes la centralidad del Señor Jesús es, sin duda, esencial, fundamental, básica. El Primer Mandamiento es: «No tendrás dioses ajenos delante de mí» (Éxodo 20:3). El reto más grande que tenemos constantemente en nuestra vida como seguidores de Cristo y creyentes en Dios es que Él sea el primero en nuestras vidas, de por vida. Que Él sea el «número uno».

La cultura estadounidense, una nación que se fundó sobre principios bíblicos, fue «descristianizando» poco a poco los elementos que sostenían el andamiaje moral y espiritual, hasta llegar a la versión de la nación y cultura estadounidense que tenemos en la actualidad.

Cuando Jesús deja de ser el centro de nuestra vida, fácilmente podemos desviarnos del propósito y del plan que Él ha trazado para nosotros.  Ha sucedido con naciones enteras y puede pasar con nosotros. El anhelo de Jesús es ser nuestro Señor, no solo nuestro salvador.  Él desea ser el Señor de cada área de nuestra vida, incluso esas áreas donde no hemos permitido que Él tome el control.

Es el momento de preguntarte si Jesús está siendo el centro de tu mundo. Jesús desea ser el centro de cada etapa que vamos viviendo. El centro de nuestro matrimonio, de nuestra familia, de nuestras carreras y trabajos, de nuestros emprendimientos, de TODO.  El desea que volvamos a Él y que le demos el primer lugar.

“Jesús en todo es un intento, o más bien una propuesta, para darle el lugar al Señor Jesús que se merece. Él se ha encarnado en todas las esferas de nuestra vida, pero pareciera que a veces lo arrinconamos o lo ponemos en un estante, acaso detrás de una ventana de vidrio como si fuera una manguera de emergencia que solo usamos a nuestro antojo en momentos de emergencia.” Alfonso Guevara.

Tomado de “Jesús en todo” del autor Alfonso Guevara

Unilit, septiembre 2022.

https://www.editorialunilit.com/jesus-en-todo